Enamórate y suma
Un nuevo año nos encuentra en esta propuesta mensual para taner La Otra Campana e invitarte a pensar lo mismo desde una perspectiva, posiblemente, diferente. He construido más de 20 años con mi esposa. La amo y me sigo sintiendo enamorado. Y por este motivo, quiero iniciar este 2024 hablando del enamoramiento, del sentirse enamorado, para que te permitas hacer un alto entre fechas a celebrar y las cuestiones que nada tienen que ver contigo ni con tu sentir. Quizás habrás escuchado decir que el enamoramiento es un estado bioquímico que decrece con el paso del tiempo y que dura, aproximadamente, entre 17 y 24 meses.
Algunos podrían argumentar que es el estado que se necesita para poder olvidarse de uno mismo y aceptar dejarse llevar por la voluntad de otra persona. Yo, prefiero pensarlo de otro modo y te invito a que hagas un pequeño esfuerzo para acompañarme en estas líneas. Enamorarse es un volver al paraíso perdido.
Dame tu mano y déjame llevarte para poder aclarar el concepto.
En el inicio de nuestra vida, el cobijo materno, que nos alimentó el alma mucho más que lo que su amamantarnos
alimentó nuestro cuerpo, también incluyó su mirada.
Sí. Su mirada. Comenzamos a vernos a nosotros al percibir cómo ella nos veía, pudiendo ir ganando sentido de vida cuando todavía no podíamos pensar en significados.
Enamorarse es parecido porque, cuando ves cómo ese otro te ve, descubres algo que estuvo siempre en ti, pero que te resultaba desconocido.
Recibes tu imagen en la mirada del otro, y vas creando la imagen del otro en ti. Esa misma imagen que le devolverás
con tu mirada y hará que el otro se vea a sí mismo en ti.
Son significados sensibles, emocionales. No lógicos.
Haber llegado a amar y seguir enamorados es posible, cuando te sigues descubriendo en el otro de un modo que te asombra… y quieres hacérselo saber.
Haz que tus días en pareja sean un continuo San Valentín, para construir otros 364 días de amor-enamorado.
¿Te animas a vivir enamorado o enamorada?
Nos leemos la próxima.
