Tercera Edad

…llega el frio!

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A medida que nuestro cuerpo envejece el sistema de termorregulación corporal se altera, así como su capacidad para recibir la temperatura ambiente, por lo que las personas mayores tienen mayor dificultad de adaptación al frio o al calor.
Muchas personas de la 3ra edad tienen sensación de frío incluso cuando la temperatura ambiente es normal y esto es debido a que su propia temperatura corporal disminuye o porque les cuesta diferenciar entre el frío y el fresco.
Otro de los cambios producidos en el envejecimiento es el adelgazamiento de la piel, este adelgazamiento provoca una pérdida de los receptores de temperatura que tenemos en la piel lo que dificulta la percepción de sobrellevar los cambios fuertes de la misma.
Siempre que disminuye la temperatura ambiente aumenta el riesgo de contraer enfermedades tales como un resfriado o una gripe. También los que padecen de artrosis ven como su enfermedad empeora con el frío y no podemos olvidar que esta enfermedad y otras muchas como el Parkinson, afectan a la capacidad de movimiento lo que les supone un problema a la hora de abrigarse. Se producen cambios en el organismo derivados de la disminución de las defensas, que facilitan la aparición de enfermedades como bronquitis, gripe o neumonías y se agravan las enfermedades crónicas (sobre todo cardíacas y respiratorias, que son las responsables fundamentales del aumento de mortalidad). Procesos catarrales que en su origen son leves, pueden complicarse porque la capacidad funcional respiratoria y cardiaca de las personas mayores es más reducida.
Existen varios consejos y varias formas de vida para intentar combatir el frío.
Ventilar unos 10 minutos la casa .Con esto evitaremos un cambio brusco de temperatura al salir a la calle y acostumbraremos más al cuerpo al clima.
La compañía. Es importante que las personas de la 3ra edad estén acompañadas y acudan a Centros de mayores tales como un Adult Day Cares a relacionarse con las demás personas. Prescindir del contacto con otras personas, supone renunciar a la insustituible fuente de salud que supone la compañía.
Buena nutrición del cuerpo. Tomar vitaminas C y D, son las mejores para combatir los virus. Alimentos como legumbres, frutas, carnes y pescado nos ayudaran a mantener una salud adecuada. Debemos controlar el peso, manteniendo una dieta sana y equilibrada y el frio hace que aumenten las necesidades calóricas y por tanto el consumo de alimentos.
Realizar actividad física diariamente. Hacer ejercicio diariamente, nos mantiene activos y aumenta la sensación de calor corporal.
Abríguese bien. El uso de ropa debe ser adecuado: prendas sueltas, ligeras, calientes e impermeables.
¡Seamos precavidos!

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