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UN PAYASO EN EL REPECHAJE

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Se terminó el mundial para Perú, perdimos por penales ante Australia en un duelo donde la selección peruana no tuvo una buena actuación. Por tanto, no pudo clasificar al Mundial Qatar 2022. En este duelo, pudimos ver como se “pisotearon” las reglas de juego 14 (El Penal), 12 (Faltas e incorrecciones) y 5 (El Árbitro) a vista y paciencia de TODOS, incluidos los de la blanca y roja.


Se trata del comportamiento del guardameta australiano Andrew Redmayne, quien ingresó para la
definición desde los doce pasos y que le dio el pase a los socceroos a la próxima cita mundialista. Sin
embargo, quedó en la retina de los millones de espectadores el comportamiento desleal, irrespetuoso,
bufonesco y donde distrajo la concentración de los ejecutantes sudamericanos.


Ante ello, podemos mencionar que el estilo que empleó el guardameta para intentar desconcentrar a los futbolistas de la Bicolor es digno de un “payaso”. No puede haber otra calificación. Lo triste es que ni el árbitro esloveno ni los propios peruanos dijeron absolutamente nada, demostrando un desconocimiento total de las reglas y sobre todo carentes de presentar una queja “in situ” para que el juez encargado dispusiera el cese de esos movimientos circenses. Una verdadera pena comprobar que una selección de mayores carezca de profesionales técnicos-arbitrales que previniesen este mal accionar.


Sin duda, se trató de un arquero que era una suerte de bufón, un arquero que hacía tipo de artimaña o artilugio para poder desconcentrar al rival. Un arquero que bailaba permanentemente sobre la línea. Algo que está tipificado como no aceptado en la regla 12 “Faltas e incorrecciones” del reglamento de la propia FIFA quien organiza la justa internacional que se jugará en noviembre próximo. Obviamente una actitud antideportiva y que va en contra de la esencia del fútbol. Algo que me parece que no tiene que ver con el estilo del fútbol, con ese juego de caballeros que crearon los ingleses hace dos siglos. No comprendo mucho esa norma, en la que el arquero, mientras esté pisando la línea, pueda hacer lo que se le cante. Fue antideportivo y tipificado como indisciplina.

A mi opinión, se trató de un baile torpe que hacía el australiano con gestos de gorila en la línea de gol no compatible con un juego que intenta ser cada vez más serio. Considero que debemos de reflexionar e invitar a que los asesores arbitrales del mundo puedan analizar y exponer su disconformidad con que un futbolista haga las payasadas que hacía el arquero australiano.

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