Mamas Latinas

Los niños necesitan rutinas: ¿mito o realidad?

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Nuestro cerebro AMA el orden. Le gusta saber qué esperar, qué sigue a continuación; le molestan los imprevistos. En los niños, la creación de rutinas es esencial para poder llevar una vida estructurada, sin caer en la rigidez, porque también hay que aprender que no siempre las cosas saldrán como esperamos.
El cambio es permanente. No somos los mismos que éramos ayer. Cambiar nos hace crecer, aprender, renacer. Sin embargo, vivir una vida donde nada esté planeado, donde hoy se come a una hora y mañana a otra; donde hoy nos dormimos a las 8, mañana a las 11 y pasado mañana a las 7; hoy leemos libros, pero no lo volvemos a hacer hasta dentro de un mes; y un largo etcétera, confunde nuestros niños. Les impide crear hábitos saludables, que puedan adoptar a lo largo de sus vidas.
Comparto con ustedes rutinas sencillas, pero altamente efectivas, como una propuesta para que las adapten a la realidad de sus vidas, porque somos seres individuales, familias distintas, con su propia cotidianidad.
Rutina de la mañana: enseñemos a los niños a levantarse, saludar a cada miembro de la familia, dar gracias por el nuevo día que nos regala la vida, lavarse los dientes, vestirse, desayunar juntos e ir a la escuela.
Rutina de las tardes: el juego en el piso activa las conexiones neuronales; realizar actividades variadas que impliquen movimiento (jugar con la pelota, montar bici, correr, saltar); juegos de concentración (leer, construir torres con bloques, armar rompecabezas, practicar otro idioma); actividades de contemplación (observar peces, ver el cielo, admirar

los árboles, ir al parque y alimentar palomas); hacerse cosquillas…
Rutina de las noches: darse un baño relajante, ponerse el pijama, cenar juntos, leer un cuento, dar gracias por todo lo que pasó en el día. Agradecer es una manera de recordar lo vivido, fortalecer la memoria y reconocer nuestras bendiciones, sin focalizarnos en lo que nos falta. Enseñemos a nuestros hijos a tener una mentalidad de abundancia, nunca de carencia. Ayúdalos a reconocer lo afortunados y valiosos que son.
Las rutinas organizan la mente y la vida de nuestros hijos, ayudándonos a nosotros como padres y madres a vivir con un poco más de orden en ese mundo que se vuelve muchas veces caótico. Pero, si lo vivimos con orden, disciplina asertiva y amor, sin duda alguna será más fácil y satisfactorio. Recuerda: un día a la vez.

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