Tercera Edad

La semana santa y los adultos mayores

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La Semana Santa es la culminación de un recorrido fascinante. Para los cristianos, Jesús tenía una doble naturaleza, era el Hijo de Dios hecho hombre que vino al mundo a expiar los pecados de la humanidad y a dejar un mensaje de paz y esperanza. Y un mandato de amor y servicio al prójimo.
Es un evento internacional y es importar respetar las creencias, prácticas religiosas y tradiciones de la Semana Santa que sean importantes para el adulto mayor. De ser posible, acompañarlo a alguna actividad religiosa a la que quiera asistir.
La inclusión del adulto mayor se basa en la solidaridad y cooperación, busca eliminar barreras que le impiden participar del tiempo en familia. La familia debe dialogar con los mayores y conocer sus necesidades. Las personas mayores se benefician de actividades intergeneracionales, por ejemplo: compartir con hijos, nietos y bisnietos y que realicen actividades con ellos. Es importante que el tiempo para compartir sea de calidad
Teniendo en cuenta la arraigada costumbre del ayuno o abstinencia por parte de las personas devotas en la época de Semana Santa, se recomienda que esta práctica solamente la apliquen las personas adultas sanas, no así los ancianos
Igualmente se insta a la alimentación moderada y evitar los excesos durante los almuerzos y cenas en festividad religiosa, a fin de no caer en problemas

gastrointestinales y otras molestias que traen consigo el exceso de comida copiosa.
Nosotros en Senior Center siempre nos unimos a las celebraciones y hacemos actividades pero ponemos a la persona, en el centro de nuestro paradigma de asistencia y cuidado de los ancianos ya que cada uno es diferente del otro, no se puede pasar por alto la singularidad de cada historia: su biografía, su entorno de vida, sus relaciones presentes y pasadas por lo que ellos participan según su interes y entusiasmo por cada evento.
En todo esta semana hay un recorrido fascinante de diferentes sucesos que nos dejan un mensaje de paz y esperanza. Y un mandato de amor y servicio al prójimo.
Es tiempo para agradecer a Dios por nosotros y nuestra familia y plantearnos nuevas metas, nuevos sueños y orar para que Él nos de la salud y fuerza, para poder lograrlos.

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