Vinos

De todo hay en la viña del Señor: los vinos más raros del mundo.

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Año nuevo, vida nueva, así llegamos a febrero, segundo mes del año, buena ocasión para enviarles mis mejores energías desde Chile, invitándoles a contemplar y disfrutar las cosas simples de la vida con una copa de vino en la mano o en su mesa, lo que en lo personal constituye uno de los placeres y regalos más hermosos que podemos tener.

Y si sobre gustos no hay nada escrito, sobre vinos tampoco, ya que » De todo hay en viña del Señor». Por ello, en esta nueva edición me pareció entretenido hablar sobre algunos de los vinos más raros del mundo, donde adivinen quien está en primer lugar. Sí, Chile, y ya les contaré la razón.

Aunque en todas las partes del mundo se hace vino, no en todos los lugares se hace de la misma manera, empleando los mismos métodos o sometiendo al vino a los mismos sistemas de maduración. Y es que hay una gran variedad de procedimientos en este sentido.

Para que se sorprendan al respecto, en este artículo te contamos cómo son los vinos raros del mundo.

Tokaji: Este vino es originario de Hungría. Se trata de un vino que se elabora a partir de uvas afectadas por un hongo que deshidrata los granos de uva y concentra sus azúcares, aunque posee un sabor ácido debido a la uva Furmint, que es el grano que se emplea en su realización. Este vino está considerado como el vino más antiguo del mundo, razón por lo cual Unesco lo reconoció como patrimonio de la humanidad.

Vino de hielo: Se trata de un vino que se realiza a partir de uva helada con una fuerte concentración en azúcar. En este caso, la técnica consiste en dejar sobre madurar la uva en la cepa, que no se termina de cosechar hasta que se produce la primera helada. Cuando el grano se hiela, el agua se expande y rompe su cascarilla. De manera que el grano pierde más agua y el azúcar se concentra más.

Vino de pétalos de rosas: Se trata de un vino original de la bodega británica Lurgashall. Este espacio lo elabora, por encargo de la Sociedad Nacional de la Rosa, a partir de una infusión con pétalos de rosa. Se trata de un vino semiseco rosado, muy aromático, que se recomienda beberlo solo o junto con champagne

Korean Ttongsul: Es un vino originario de Corea. Para su elaboración se sumerge en una vara de bambú en un orinal donde se han depositado previamente heces humanas con alcohol. Tras varios meses con el vino fermentado en esta composición, se quita la caña de bambú y se filtra para poder servirse. Aunque en la actualidad no se comercializa como vino para consumo de mesa, sí se hace como líquido para curar heridas e incluso para tratar la epilepsia.

Vino de chocolate: Se trata de un vino tinto que se elabora con uvas Merlot y se comercializa en Francia, Holanda y Alemania. Su proceso es muy similar a cualquier otro vino, pero cuando llega el momento de madurar el vino se convierte en el líquido base y se infunde con chocolate para producir el vino de chocolate. Hay dos variedades: chocolate blanco y chocolate negro. En el caso del vino de chocolate blanco se emplea vainilla salvaje, una de las especias más caras del mundo, después del azafrán.

Vino de meteorito: Y llegamos al vino más raro del mundo, que en este caso es un vino originario de Chile. El cual se elabora mezclando tierra chilena con un pedazo de meteorito. Este brebaje se realiza en el Observatorio de Tagua Tagua en San Vicente y está dirigido por un astrónomo y enólogo británico de nombre Ilan Hutcheon. Él es el responsable y creador de este extraño caldo que logró luego de probar distintas opciones y variedades.

Para ello, escogieron un vino elaborado con cepa Cabernet Sauvignon e introdujeron un milenario meteorito en la barrica, dejándolo madurar durante 12 meses. Con ello se obtiene un vino que cambia el color y potencia el sabor del vino.

El enólogo asegura que el vino logrado mediante un proceso de añejado con un meteorito de 4500 millones de años del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter es toda una delicia.

Con esta curiosidad me despido, imaginando qué opinan al respecto mis queridas y queridos lectores ¿osadía o demasiada creatividad? Como sea, el vino nunca nos dejará de sorprender

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