Cuando hablamos de fuerza de voluntad nos referimos a la capacidad para controlarnos, evitar conductas que nos alejan del logro de nuestras metas y crear estrategias personales para lograr todo lo que nos propongamos.
La voluntad sirve para dominar los impulsos, controlar las emociones y esforzarnos para lograr todo lo que nos propongamos a lo largo de la vida.
A pesar de la complejidad de esta capacidad, es posible educarla y con paciencia, constancia y perseverancia se puede conseguir. Los niños y los adolescentes también pueden ejercitar su fuerza de voluntad y nosotros podemos enseñarles cómo hacerlo.
Lo primero es que deben conocer sus fortalezas y debilidades. Nosotros como padres podemos hacérselas ver cuando no puedan apreciarlas con claridad.
También, nos toca exigir amablemente, valorar sus pequeños logros y evitar esos polos tan dañinos: hacerles demasiadas exigencias o evitarles la frustración. Deben reconocer cuáles son sus sueños, qué hacer para conseguirlos y cómo.
Algunos consejos sencillos son:
- Elogiar los buenos comportamientos y conversar sobre cuáles son inadecuados y cómo mejorarlos. No regañar al ser humano, sino su conducta es una asignatura obligatoria.
- Ser su ejemplo. Que nos vean reconocer nuestras metas y seguir el proceso para convertirlas en realidad.
- Dar amor incondicionalmente y acompañar en el fortalecimiento de la voluntad.
- Tener paciencia y prepararse para recaídas. Decir no a la rigidez, por un día no se acaba el mundo ni se destruye todo lo logrado.
Estos son algunos ejemplos de cómo empezar:
- Antes de jugar, debes hacer tus tareas escolares o colaborar en casa.
- Dejar la ropa preparada para el colegio la noche anterior.
- No comer el postre hasta terminar el almuerzo.
- Esperar su turno en la fila, etc.
Definitivamente, ejercitar la fuerza de voluntad no es tarea fácil, pero tampoco imposible y hacerlo les ayudará para el resto de su vida, permitiéndoles conseguir sus sueños, vivir el proceso que esto conlleva y sentirse plenamente orgullosos de haberlo logrado por ellos mismos.
¡Adelante, madres y padres! Fuerza, voluntad,
ánimo. Un día a la vez…