Estilo de vida

Yo, quiero…

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Como cada mes, en La Otra Campana, volvemos a encontrarnos para pensar lo mismo desde otra perspectiva… en este capítulo, el protagonista es el Yo.

Sí, ese Yo, que también es Tú y que reunidos conforman un Nosotros.
Quiero motivarte y que me leas mientras te acompaño a pensar fuera de la caja.
Yo, quiero.


Una simple frase que encierra expectativas, compromiso y una declaración anunciando lo posible.
Quiero querer y seguir queriendo, porque este Yo, tácito, está tan presente que ni siquiera tiene que
escribirse para proponer y actuar.


Es tan desafiante como el de Rantés en la película “Hombre Mirando al Sudeste”, cuando le dice a su
psiquiatra “Doctor, yo no quiero que me cure… Quiero que me comprenda”.
Es un Yo que exige que el otro se detenga para que escuche, esforzándose por recibir el mensaje sin
malinterpretar lo dicho tras teñirlo con su propia experiencia.


No es fácil, porque estamos educados para pensar, pero sin pretender decir lo pensado salvo que alguien nos pregunte.


“Yo quiero” es propositivo y muchas veces contagioso; sobre todo cuando hace pensar al otro en
que no hace falta un permiso externo para querer algo, ambicionar, soñar, intentar y/o lograr.
Un Yo fortalecido es uno capaz de saborear la vida sin devorarla, porque puede estar presente en cada
instante y circunstancia sin necesidad de disculparse, justificarse o defenderse.


El Yo que anhela es el mismo que puede dar generosamente; sin embargo, el primero suele ser
juzgado por resultados en tanto que se aplaude al segundo.


Tú, importas.

Lo que tienes para decir, importa; si es atinado o no, útil o no, es secundario.
Un ejemplo de la importancia del Yo que piensa y quiere está en las tormentas de ideas, en las que la
única premisa es pensar y proponer; luego se anota y se evalúa si es pertinente y posible, pero siempre se contempla lo aportado.


Si descubres y valoras quien sí eres ¿necesitas algún permiso para vivir aportando ideas y llevarlas a la
práctica? Ese permiso está en ti, esperando que seas Tú.


Nos leemos la próxima.

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