En la unión americana quizás 1 de cada 3 personas piensen
que mayo es el mes por excelencia patrio de México. En
suelo americano se ha arraigado tanto la tradición del 5
de mayo que toma más relevancia que el día de la
independencia de México ( 15 de septiembre ).
Y en el ámbito deportivo si de tradiciones mexicanas se trata, siendo
el futbol el principal deporte del país azteca, amar u odiar al
Club América es una de las costumbres igualmente más
enraizadas. En ese tema no hay medias tintas. O eres fan
desde siempre del club o desde chiquito has escuchado que
el América es lo peor que existe y no hay que tener más que
malas vibras y pensamientos maléficos hacia ellos.
Para los del segundo grupo este momento histórico que
estamos viviendo debe resultar muy, pero muy, jodido. En la
actualidad, probablemente nos podemos extender a todo el
continente americano y no encontramos proyecto más sólido
que el del club de la metrópoli mexicana. Han creado una
cultura organizacional muy difícil de alcanzar en
cualquier proyecto, incluso empresa. El NO conformismo.
Acostumbrarse a ganar.
Teniendo como pilar la continuidad de jugadores que
transmiten esa identidad del club y siguiendo parámetros de
juegos muy definidos y vistosos a pesar del paso de varios
técnicos. Y todo esto es al margen de los resultados, los
cuales no desentonan en lo absoluto. En 7 de los últimos 10
torneos Las Águilas ” han terminado en 1er o 2do lugar en
el torneo regular. Llegando en todos al menos a semifinales
y desde hace 2 años básicamente se puede decir que no tiene
rival en la Liga MX. 4 finales consecutivas, ganando 3 de
ellas y con amplias posibilidades de coronar el póker los
últimos días de este mes.
Malagón, Cáceres, Dos Santos, Fidalgo, Diego Valdez,
Zendejas y Henry Martin. Son 7 jugadores de los 11 titulares
que jugaron la primera final de las 4 seguidas y que
repitieron su participación en el partido de semifinales vs
Cruz Azul hace unos días que les dio el acceso a a la 4ta
final consecutiva. Esta continuidad sin duda es la clave para
el éxito reciente del club y que debería de servir de ejemplo
para muchos otros equipos.
Quizás con dicho ejemplo hasta este logrando lo impensado.
Llenando de argumentos a los de ese segundo grupo para
cambiar el odio por al menos simpatía. Porque bien dicen
por ahí, que ¡Qué bonito es lo bonito! Y este América juega
muy bonito.