Marzo siempre ha venido con la M de mujer. Y para celebrarlo este 2024, en el mundo del futbol hicieron coincidir por estos días la primera edición de la Copa Oro Femenina de la CONCACAF, haciéndola más especial aun, invitando a 4 selecciones de Sudamérica. Brasil, Argentina, Colombia y Paraguay quienes aderezaron el torneo.
Las 4 invitadas pasaron a los cuartos, haciendo reflejo de que la Copa Libertadores femenina que ya se empezó a jugar también hace algunas ediciones, está surtiendo efecto haciendo a los combinados del sur del continente mucho más competitivos. Como en todo, el futbol femenino funciona actualmente por la práctica, los países que primero lo empezaron a profesionalizar y tomarlo más en serio (normalmente los más desarrollados) son los que hoy en día tienen mejores jugadoras.
Por ende, se dan todavía resultados difíciles de predecir y toda esta edición de la Copa Oro es prueba de ello. Los equipos del Centroamérica y México tuvieron una pre-clasificación a la copa. 9 países por prácticamente 5 boletos. La selección de Saint Kitts y Nevis por ejemplo, recibió 54 goles en 4 partidos y no anoto ninguno. Costa Rica, que le propino 30 de esos 54 luego en la fase de grupos no le pudo meter ni un gol a Canadá y Paraguay.
México por primera ocasión en su historia venció a las estadounidenses en un partido oficial. Luego las americanas se recuperaron y tuvieron destacadas actuaciones ante Colombia y Canadá. Pero todos los reflectores finales se los llevo la selección brasileña, donde como de costumbre sean hombres o mujeres el futbol lo llevan en las venas. Está en las favelas, en las calles y en las playas de todo el país amazónico.
La superioridad que ha mostrado frente a sus rivales ha sido palpable en exceso. 5 ganados de 5 y 15 goles a favor por solo uno en contra. En esos cinco duelos ha tirado a gol en 56 ocasiones por solo 11 de sus rivales. Ha generado 45 tiros de esquina y solo han concedido ellas 10 y todo lo han hecho con más del 60% del tiempo el balón en sus pies.
Todavía queda camino por recorrer, porque por ejemplo, todos los partidos de la copa se jugaron en estadios con capacidades de entre 15 y 25 mil espectadores. Es decir, pequeños. Y las asistencias a los juegos no fueron las mejores. Sin ir mas lejos el partido entre México y Estados Unidos se pensaba que podía tener mayor presencia que apenas las 11 mil personas que se dieron cita en Carson.