Faltan apenas un par de horas para empezar a celebrar mi cumpleaños número cuarenta nueve, así que por qué no escribir sobre cumplir años y de por qué cada uno de nosotros debería celebrarlo. Después de todo, es un recordatorio de que seguimos vivos. Es un momento en el que el universo parece detenerse brevemente para conmemorar nuestra existencia.
En ningún otro momento del año puedes justificar comerte una torta entera tú solo sin sentirte culpable. Es tu cumpleaños, así que el pastel es prácticamente un derecho humano. Además, los cumpleaños son una excelente ocasión para recibir regalos que nunca pediste y que probablemente nunca usarás, pero, oye, ¡son gratis! Por un día, tienes el poder de exigir favores absurdos y caprichosos, como, por ejemplo: «alguien tiene que hacerme el desayuno y traérmelo a la cama» ¡Es tu derecho de cumpleañero! Es el único día del año en el que puedes ponerte una corona de plástico dorado y sentirte el rey o la reina del universo, aunque sea solo en tu cabeza.
Por supuesto, no podemos olvidar las felicitaciones genéricas en tu muro de Facebook, especialmente cuando provienen de personas con quien no has hablado en siglos o que ni siquiera conoces. ¡Qué importa! Hay que disfrutarlos porque esos ‘likes’ y emojis son la manera moderna de sentirte popular y querido, aunque sea por un día. Es tu derecho de cumpleañero.
Así que sí, celebrar el cumpleaños es importante. Nos ayuda a mantener nuestra perspectiva de la vida: breve, absurda y llena de ironías. Es un tributo a la vida misma, una oportunidad para detenernos y apreciar el maravilloso regalo de existir. Es un día para renovar nuestro compromiso con nosotros mismos.
Feliz cumpleaños para mí y que cada año venidero esté lleno de amor, esperanza y de maravillosas sorpresas.