Se nos pasó un mes del invierno de puro futbol con la copa del mundo y parece que apenas nos dimos cuenta. Y bueno, no lo digo tanto por que se haya pasado rápido, sino porque literalmente a mi modo de ver apenas vimos buen futbol. Cada vez más se está dejando de lado el camino por priorizar el destino.
Las historias de Marruecos y Croacia son muy bonitas de contar, pero seamos sinceros, feas de ver. Una cosa es querer ganar con tus armas y otra muy distinta es simplemente jugar a no perder y ver que encuentras en el camino. Los cinco tiempos extras del equipo de Luka Modric en estas dos últimas copas del mundo no son casualidad. Y el equipo africano – europeo, por supuesto que tiene su mérito, pero patear el balón para arriba durante los segundos 45 minutos de ambos partidos, tanto vs España como contra Portugal tampoco es digno de ningún premio Puskas.
Por ir al otro lado de la moneda, seguramente selecciones como la brasileña o la alemana para los jugadores que tienen habrán quedado a deber o más bien creo yo cometido ciertos errores puntuales. Pero sin duda, por poner un par de ejemplos, son dos equipos que una vez pitado el inicio del partido el árbitro, se les veía en todo momento los deseos por ganar y trascender. Independientemente cual fuera el resultado.
Que el equipo teutón, por ejemplo, con 300 minutos menos jugados que los dos semifinalistas Croacia y Marruecos, los haya superado ampliamente en tiros totales y tiros a gol algo nos dice. Al igual que la selección “Brazuca” que con 2 partidos menos disputados tuvo los mismos 41 tiros a portería que las dos finalistas Argentina y Francia.
A mi consideración los mejores partidos de la copa fueron el España – Alemania de la primera ronda y el Inglaterra – Francia de los cuartos de final. El nivel de intensidad, la búsqueda de la portería contraria y la calidad técnica de los jugadores fueron los puntos relevantes para que estos partidos, como creo que cualquier otro que los tuviera, fuera digno de ver para un espectador.
Mientras que el Gol del torneo yo se lo daría a Neymar vs Croacia. Si bien fue el partido de la decepción para los sudamericanos, hay que agarrar el balón en el minuto 110 de un 0-0 muy trabado, hacer un par de paredes, entrar al área, quitarte al portero y definir.
Seguramente nada de lo mencionado anteriormente quedara en los libros, pero me parecía importante recalcarlo de parte de un aficionado al buen juego, a las ganas de ganar y al no conformismo.