Estabilidad, desafíos y la nueva realidad del Crédito son las máximas que debemos tener en cuenta a punto de cerrar un año económico complejo.
La situación financiera en Estados Unidos presenta un panorama de estabilidad frágil y ajustes significativos, donde las decisiones de la Reserva Federal y los hábitos de consumo de los estadounidenses están dibujando una nueva normalidad.
El indicador más observado, la tasa de interés federal, se mantiene hoy 10 de diciembre 2025 en un rango del 4.25% – 4.50%, tras los históricos aumentos de 2023 y 2024.
Este nivel, considerado por muchos analistas como «restringitivo pero necesario», ha logrado su principal objetivo que es que la inflación interanual se sitúa actualmente en torno al 2.8%, muy lejos del pico del 9.1% de 2022, pero aún por encima del deseado 2% de la Fed.
Jerome Powell, en su última comparecencia, señaló una posible pausa prolongada, sugiriendo que los próximos movimientos podrían ser recortes, aunque no se esperan antes del segundo trimestre de 2026.
Este entorno de «tasas altas por más tiempo» está remodelando el acceso al crédito.
La tasa promedio para una hipoteca a 30 años ronda el 6.5%, enfriando considerablemente el mercado inmobiliario y fortaleciendo la posición de los compradores con capital.
Los préstamos al consumo y tarjetas de crédito deben ser tratados con pinzas ya que las APRs se mantienen en niveles elevados, con el promedio de tarjetas de crédito superando el 22%.
Esto ha llevado a un aumento en los saldos vencidos, indicando una mayor presión sobre los presupuestos familiares.
En este contexto, surge una tendencia clave para 2026: el auge de la «consolidación inteligente» de deudas.
Los estadounidenses, buscando alivio a los altos intereses, están recurriendo de forma masiva a préstamos personales de tasa fija para pagar múltiples deudas de tarjetas de crédito.
Este movimiento no solo busca reducir el pago mensual, sino también reconstruir el puntaje crediticio, un activo fundamental que se había deteriorado para muchos.
El desafío del 2026 es la deuda corporativa, ya que miles de millones en préstamos corporativos contraídos en la era de tasas bajas comenzarán a vencer el próximo año, forzando a las empresas a refinanciar en condiciones mucho más duras.
Este será la gran prueba de resistencia para la economía estadounidense.
Para los pequeños empresarios que son la base de la economía, el 2026 no será el año de la expansión agresiva con deuda, sino de la consolidación inteligente, la lealtad del cliente y la eficiencia operativa.
Los pequeños negocios tienen la ventaja de su flexibilidad y conexión humana.
Actúe ahora revisando sus números, acérquese a sus mejores clientes, optimice sus procesos y asegure sus líneas de financiamiento antes de necesitarlas desesperadamente.
La preparación hoy es la supervivencia y el crecimiento del mañana.
Genere alianzas con otros negocios locales para hacer paquetes conjuntos, referirse clientes o compartir costos de marketing.
Sea visible en su comunidad, participe en ferias locales, patrocine eventos pequeños u ofrezca talleres.
La conexión local es un diferencial enorme contra las grandes cadenas.
El mensaje de fin de 2025 es de cauteloso optimismo.
La inflación está controlada, pero el costo ha sido un crédito más caro y un consumidor más selectivo.
La próxima fase económica dependerá de la capacidad de adaptación de empresas y familias, mientras todos observan atentos el primer movimiento de la Fed hacia una posible flexibilización.
