los Fritos Colombianos que se están robando el espectáculo en EE. UU.
Olvídate del típico combo de hamburguesa con papas. En Estados Unidos, hay una revolución culinaria que huele a maíz, queso, plátano maduro y masa frita, ¡los fritos colombianos llegaron con toda!
Desde las esquinas de mi país, Colombia, hasta las vitrinas de panaderías en Nueva York, Miami, DC y muchas más ciudades del país, estos tesoros crujientes están conquistando paladares de todos los rincones.
Primero, las reinas del antojo. las empanadas crujientes por fuera, jugosas por dentro. Las hay de carne, pollo, papa, arroz y hasta con combinaciones atrevidas como queso con bocadillo o champiñones al ajillo. Son como un abrazo en forma de medialuna, y si vienen con ají, mejor prepárate para una explosión de sabor.
¿Lo mejor? Están por todos lados en los food trucks, cafeterías y supermercados con opciones congeladas que puedes freír en casa en minutos.
Luego llega el turno del irresistible buñuelo. Pequeño, redondo y doradito, con alma de queso costeño que se derrite en la boca.
Aunque tradicionalmente es navideño, en ciudades como Miami o Houston ya se volvió parte del desayuno diario. Acompañado de un café bien cargado, no hay forma de empezar mal el día.
Ahora bien, si hay un frito que es puro espectáculo es la arepa de huevo. Imagina esto, una arepa crujiente rellena con un huevo entero y frito en su punto. Su preparación es todo un arte, pero el resultado es adictivo.
Este manjar caribeño y uno de mis favoritos, está ganando fans a lo largo y ancho de EE. UU., y cada vez más restaurantes lo sirven con orgullo. Pruebas una y ya estás buscando la segunda.
¿Has oído hablar de la carimañola? Si no, prepárate para un nuevo amor.
Hecha de masa de yuca, rellena de carne o queso y frita hasta alcanzar ese “Crunch” perfecto, esta joya todavía es un secreto bien guardado fuera de Colombia.
Y para cerrar con broche de oro o, mejor dicho, de bocadillo y queso, el infaltable aborrajado. Es esa mezcla loca y deliciosa de plátano maduro frito con queso, a veces con un toque de dulce gracias al bocadillo.
Es una bomba de sabor que mezcla lo salado y lo dulce como un recuerdo feliz de la infancia.
Más que simples fritos, estos platos son una cápsula de identidad, tradición y nostalgia. Cada mordida cuenta una historia de familia, tierra y sabor. Y aunque estemos a miles de kilómetros de Colombia, al probar uno de estos fritos, sentimos que estamos en casa.