Lo que sentimos es mucho más común de lo que creemos. Tener un nuevo perro, sobre todo si es muy activo e hiper, puede ser agotador y abrumador al principio, dependiendo de la raza.
No significa que no seamos buenos “padres perrunos”, sino que estamos en un proceso de adaptación que requiere paciencia, constancia y autocuidado.
Estrategias que pueden ayudar a no frustrarnos tanto y sentirnos más estables mientras nuestro cachorro aprende obediencia básica:
Lo primero es que ajustemos nuestras expectativas, al igual que nuestros hijos, los cachorros no aprenden de un día para otro; necesitan cientos de repeticiones y constancia. Piensa que cada pequeño progreso (aunque sea mínimo) es una victoria, una vez aprendido nunca se le olvidará.
Dividamos el entrenamiento en micro-sesiones, es decir, en lugar de sesiones largas que terminan en frustración tanto para nosotros como para nuestro cachorro, hagamos entrenamientos de 2–5 minutos varias veces al día. Es fantástico el resultado. Usemos refuerzos positivos (premios, caricias, juego) para mantenerlo motivado y a nosotros más tranquilos.
Algo importante es cómo manejamos el entorno. Si notas que está demasiado inquieto, asegúrate de que ya hizo sus necesidades primero. Un cachorro hiperactivo necesita gastar energía antes de entrenar con paseos cortos de acuerdo con su edad (5 minutos por mes), juegos de olfato (Platos IQ), mordederas seguras y huesos para cachorros.
Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos, busquemos en nuestro día el momento apropiado para enseñar al cachorro. Si estamos cansados, es mejor posponer el entrenamiento que hacerlo de mal humor.
Tomemos un respiro profundo y recordemos que “El cachorro no sabe qué nos frustra”, nos ve con mucha atención pero no entiende ni el lenguaje verbal ni el corporal, que es como estos descendientes de lobos se comunican. Solo está aprendiendo de qué se trata nuestro mundo humano.
¿Nos viene a la mente el “buscarle otro hogar”?
Antes de tomar decisiones, démonos permiso de sentirnos cansados sin juzgarnos. Y busquemos apoyo en familiares o amigos para que lo cuiden cuando necesitemos descansar. Busquemos un cuidador de perros por horas, así podemos tomar un café con los amigos, o quizás darnos un masaje.
Una clase de obediencia con un entrenador nos enseñará a los dos hasta cómo manejar esta frustración. Pensemos que no significa que no lo queramos a nuestro perro, sino que estamos saturados ya dudando de nuestra elección.
¿Nos equivocamos? ¡No! Si podemos, esto es solo temporal, una vez que aprendamos a guiarlo, al igual que los niños, ellos aprenden.
Recuerda: tu cachorro no necesita unos padres perfectos, necesita unos padres constantes y amorosos. Estamos aprendiendo junto a nuestro perro, y eso ya nos hace un/a gran guía.