Ya te subiste al escenario. Ya no tiemblas tanto. Ya no sientes que vas a vomitar sobre el público, ni te haces más “chichi” encima (al menos no siempre).
Entonces… ¿Y ahora qué?
Si estás en ese punto donde ya no eres novato, pero tampoco te sientes profesional, aquí van algunos trucos que usan los comediantes más duros para seguir creciendo:
1. Grábate sin piedad.
No es cómodo, pero es necesario. Revisa tus videos como si fueras tu peor crítico: ¿ríen donde tú esperas?, ¿te enredas?, ¿gritas mucho?, ¿te mueves como si tuvieras hormigas? Todo eso se entrena.
2. Edita tu material como un cirujano.
Quita lo que no suma. Si un chiste “medio funciona”, no funciona. Hazlo más corto, más claro o elimínalo sin remordimientos, ¡como a tus exes! Los grandes comediantes pulen cada línea como si fuera oro.
3. Observa a los mejores (y a los peores).
Aprende de todo el que se sube. Mira cómo reaccionan al público, cómo improvisan, cómo cierran. El éxito y el desastre enseñan por igual: de los buenos aprendes qué hacer, y de los malos, cómo no quedar en vergüenza en el escenario.
4. Encuentra tu voz.
¿De qué hablas? ¿Cómo hablas? ¿Qué te hace único? Tu estilo no se inventa, se descubre actuando y escribiendo sin parar. Escribe una hora diaria mínimo, y no tiene que ser gracioso.
5. Súbete siempre a la tarima.
Nada sustituye la experiencia. Que cada espectáculo sea una clase, una prueba, un juego.
Nos vemos en el escenario… o en el bar de al lado… o, mejor, en cualquiera de los próximos cursos de escritura de comedia, stand-up o improvisación.
Porque la única forma de ser mejor es estudiando y practicando todos los días, no criticando al comediante que, según tú, no es gracioso, pero cada vez que se monta en el escenario, la gente se ríe más con él que contigo.
O con ese que llena teatros, mientras tú no logras que tu mamá te escuche en casa. Además, tu hermano menor piensa que tus chistes son un cuento de terror escrito por Ricardo Arjona o una canción de amor de Stephen King.
Sigue escribiendo… y sígueme para más en @queenbenedetto.