Una excelente relación padre-hijo adultos no es imposible.
Ser padre de un hijo adulto puede ser un desafío, pero también es una oportunidad
para desarrollar una relación única y gratificante, una amistad.
La validación es un soporte emocional crucial que asegura al hijo adulto que sus
sentimientos y experiencias son reconocidos y valorados, es importante como padre
reflexionar sobre tu comportamiento así puedes obtener una comprensión más
profunda del impacto de tu comportamiento en tu hijo adulto.
Hay que tratar de reducir la reactividad emocional, adoptar una postura calmada y firme
y poder fomentar un diálogo constructivo.
En tu nueva relación con tu hijo adulto, es importante escuchar más de lo que hablas y
seguir haciendo juntos lo que aman.
Manejar las diferencias de opinión, requiere respeto, paciencia y empatía, crea un
ambiente donde todos se sientan cómodos expresando sus opiniones, es importante
recordar que está bien no estar de acuerdo, siempre y cuando se mantenga el respeto
mutuo.
Usar declaraciones “Yo siento” o “Yo pienso”, esto ayuda a evitar el juego de la culpa y
a comunicar tus propios sentimientos y pensamientos sin hacer sentir atacado a tu hijo
(a) , trata de encontrar puntos de acuerdo puede ser un buen punto de partida para
construir sobre lo positivo y aprender de las diferencias.
La clave es encontrar puntos de coincidencia sin rebasar los límites. Surgen
interrogantes como cuánto tiempo se debería pasar con ellos y cómo se debería pasar
ese tiempo, cuánta información personal se debería compartir, qué batallas se debería
librar y cuándo sería mejor dar la otra mejilla. Además, qué consejos se debe ofrecer y
cuándo sería mejor el silencio.
Para los hijos proteger su privacidad es una parte esencial del proceso de desarrollar
una identidad independiente, adquirir confianza en su capacidad de tomar decisiones y
aprender a defenderse solos. Los padres que valoraban la cariñosa relación que tenían
con sus hijos pequeños podrían sentirse heridos si notan que, de grandes, empiezan a
alejarse. De repente, no quieren volver a casa para las vacaciones o no tienen tiempo
para largas conversaciones por teléfono. Aunque es natural extrañar la intimidad de
antes, ayuda el comprender que la necesidad de distanciarse es apropiada para esta
fase de su vida y que no se debe tomar como una afrenta personal.
Los padres podrían ceder a la tentación de ofrecerles consejos sin que ellos lo pidan,
hacer lo que fuese necesario para protegerlos de todo daño e incluso recordarles que
saquen seguro de automóvil. Y los hijos adultos podrían mostrarse más indiferentes, no
devolver las llamadas, cancelar las citas a último momento o enviar mensajes de texto
a sus amigos cuando cenan con la familia. Justo cuando piensas que estás tratando
con un igual, podrías llevarte una sorpresa.
El saber contenerse es la difícil virtud que se nos exige en esos momentos, para así
evitar ofrecer demasiados consejos o hacer demasiadas preguntas. Después de años
de cuidar diligentemente a tus hijos, es posible que te sorprendas de la cantidad de
veces que deberás morderte la lengua cuando los veas tomar decisiones que a veces
son sabias, a veces insensatas. Es posible que luches con tu deseo de resolverles
todas las dificultades, pero si te lanzas demasiado rápido a solucionar los dilemas de
tus hijos adultos, estos no aprenderán a solucionarlos por sí solos.
La mayoría de los padres se desviven por encontrar tiempo y actividades que funcionen
para los hijos adultos. Por ejemplo, consiguen entradas a juegos de fútbol y
reservaciones a restaurantes, organizan paseos en bicicleta, planifican viajes y hasta
se preparan para hacer competencias culinarias en familia o ir a conciertos de música.
Quizás quisieras que la novia de tu hijo tuviera menos tatuajes o que el novio de tu hija
tuviera un trabajo mejor. Pero a menos que observes un comportamiento
verdaderamente perturbador, haz lo posible por aceptar a la persona que quiere tu hijo.
Y cuando este finalmente se decida por una pareja, acepta que es natural que ponga a
esa persona primero. Cuando se trata de importantes decisiones, planes o el manejo
de dificultades, el hijo optará más por apoyarse en su pareja.
Como padre o madre, tu objetivo es “renunciar a ese trabajo” cuando los hijos crezcan,
así que alimenta tus propios sueños a la vez que cultivas una estrecha amistad con
ellos.
Con los hijos no se termina nunca y cuando son adultos lo mejor es construir una
relación sólida y amorosa basada en el respeto mutuo y el apoyo emocional recuerda
que la confrontación solo los alejara aun cuando tu tengas la razón.