Para asegurar que nuestro perro tenga una vida larga es importante saber elegir alimentos de calidad que aporten salud y bienestar a tu mascota. Muchas marcas utilizan estrategias de mercadotecnia para que sus productos parezcan mejores de lo que son, por lo que conviene aprender a identificar los puntos clave:
Lo primero es revisar los ingredientes. Estos se ordenan de mayor a menor cantidad. Una buena comida para perros debe tener como primer ingrediente una fuente de proteína animal específica, por ejemplo “cordero” o “salmón”. Si en lugar de eso aparecen cereales como maíz, trigo o arroz, significa que la proteína no es la base del alimento, y eso no es ideal. También es preferible que la proteína no se mencione de forma ambigua, como “carne” o “subproductos animales”, ya que no especifica a qué tipo de carne se refieren.
El segundo punto es el análisis garantizado, donde se indican los porcentajes de proteína cruda, grasa, fibra y humedad. Un buen alimento debe tener un nivel de proteína adecuado (al menos 22% para cachorros y 18% para adultos, según la AAFCO), grasas saludables y un nivel moderado de fibra. Si la proteína es demasiado baja, la dieta puede no cubrir las necesidades del perro.
Otro punto para evaluar son los aditivos y conservadores. Se recomienda evitar colorantes, saborizantes artificiales y conservadores químicos como BHA, BHT o etoxiquina, ya que no aportan beneficios y pueden ser dañinos a largo plazo. En su lugar, lo ideal es que la conservación se logre con tocoferoles (vitamina E) o ácido ascórbico (vitamina C).
La presencia de ingredientes funcionales como ácidos grasos omega-3, glucosamina, condroitina, probióticos o antioxidantes naturales son valores añadidos que apoyan la salud de la piel, el pelaje, las articulaciones y la digestión.
También hay que fijarse en el sello de aprobación de la AAFCO (Association of American Feed Control Officials). Esto garantiza que la fórmula cumpla con los estándares mínimos de nutrición para cada etapa de vida: cachorro, adulto o senior.
Resumiendo:
Reconocemos que una comida es de calidad porque usa proteínas animales claras como ingrediente principal, tiene niveles adecuados de nutrientes, evita subproductos y aditivos artificiales, incluye componentes funcionales y cuenta con certificación nutricional.
De lo contrario, una comida de baja calidad suele tener granos como base, proteínas indefinidas, exceso de rellenos, conservadores artificiales y ausencia de certificaciones.
Así no sólo alargará la vida de tu mascota, sino que también eliminará gastos innecesarios en el veterinario.