Regalos experienciales: la nueva preferencia de la generación sénior
La pregunta navideña más recurrente, ¿qué te gustaría recibir?, a menudo encuentra una respuesta inesperada en la generación sénior y es nada material, ya tengo de todo. Lejos de ser un gesto de falsa modestia, esta frase encierra una profunda verdad y una tendencia al alza ya que las personas mayores de 55 años están priorizando, cada vez más los regalos experienciales sobre los materiales.
A mí me paso recientemente con mi hija, su regalo por mi cumpleaños fue dos boletos para un concierto Candlelight Tributo a los Beatles y pasamos una noche memorable escuchando los temas que forman parte de nuestra memoria musical.
Por qué prefieren experiencias y no objetos
¿El motivo? Esta generación, activa, vital y con una visión clara de lo que le aporta valor, busca enriquecer su tiempo, no sus estanterías. Han acumulado posesiones a lo largo de la vida y ahora anhelan algo más intangible pero perdurable, recuerdos, aprendizaje, bienestar y conexión emocional.
No queremos otro jersey que guardar en el armario, queremos una excusa para reír con la familia, aprender algo nuevo o simplemente relajarnos sin preocupaciones, comenta Roberto, de 68 años. Esta Navidad, el mejor regalo no viene en una caja, sino en forma de experiencia compartida o de autodescubrimiento.
Ideas de regalos experienciales para mayores de 55
Así que si quieres sorprender a alguien de ese grupo con regalos que marcarán la diferencia, olvídate de las corbatas y los perfumes y busca regalos experienciales adaptados a la personalidad de esa persona que quieres sorprender.
Hay muchas opciones para los diferentes gustos y presupuestos por ejemplo regala una membresía para dos a una plataforma que ofrezca visitas guiadas privadas a museos, recorridos históricos por la ciudad con un experto o acceso a talleres de arte o enología.
Un viaje corto a una ciudad cercana con las entradas al teatro, la ópera o un concierto sinfónico ya reservadas. Incluya un alojamiento cómodo y cena en un restaurante con encanto.
Clases particulares porque esa persona, ¿Siempre quiso tocar el piano, pintar al óleo o perfeccionar su italiano? Un bloque de clases personalizadas es un regalo de lujo que fomenta una nueva pasión.
A nadie le cae mal un día de Spa y Talasoterapia para dos, o si lo que puedes es un simple masaje, o un facial lo importante es un regalo para desconectar y rejuvenecer cuerpo y mente.
Si la persona le gusta el yoga o Mindfulness, existen escapes de fin de semana en entornos naturales dedicados a la meditación, el yoga suave y la alimentación consciente. Ideal para reiniciar y comenzar el año con serenidad.
A veces puede ser tan simple como una sesión con un nutricionista o entrenador personal, un regalo de salud que esa consulta especializada motive a la persona a crear un plan a medida que impulse su vitalidad.
Y si la persona es más social o gourmets organiza una cena de Chef en casa o un Taller de cocina contratando a un chef privado para que prepare una cena exquisita en su hogar para toda la familia, o un taller donde puedan aprender juntos a hacer pasta fresca o sushi.
La importancia del empaque y la presentación
Y ponte creativo (a) con el empaque que también forme parte de la experiencia ya que la presentación es clave. En lugar de un paquete, entregue una carta de invitación diciéndole cuanto anhelas que disfrute esa experiencia. Por ejemplo, para un fin de semana cultural, incluya un folleto de la ciudad, las entradas impresas y una botella pequeña de vino de la región. Para un día de spa, un frasco con sales de baño y un voucher elegante.
Al regalar una experiencia, no estas dando un objeto, estás regalando tiempo de calidad, anticipación y un recuerdo común. Estas financiando una historia que se contará en las próximas navidades. En un mundo saturado de cosas, el mayor lujo para los mayores de 55 es, precisamente, vivir más y mejor. Esta Navidad, invíteles a hacerlo.
Opciones económicas que igual crean recuerdos
Muchos dirán que todo lo anterior implica un presupuesto y que al regalar a los niños ya no queda mucho mas y entonces ¿cómo sorprender a nuestros padres, tíos o amigos mayores de 55 años con un regalo significativo que no implique un gasto excesivo? La buena noticia es que las experiencias más valiosas a menudo tienen un precio bajo o simbólico. La clave está en la creatividad, la personalización y el regalo de tu tiempo.
Un certificado personalizado para un día especial crea un bono casero y hermoso que canjeen por «Un día de conductor privado», tú los llevas a hacer todos sus recados, a visitar a un amigo lejano o a conocer ese pueblo curioso que siempre mencionan. Incluye almuerzo en un modesto pero acogedor restaurante o lleva sándwiches y bebidas preparadas en casa y paren en un parque pintoresco que haya en el camino.
«Jornada de Asistente Tecnológico» y les dedica una tarde paciente a organizar sus fotos digitales en un álbum, enseñarles a usar videollamadas con la familia lejana, instalar apps útiles o limpiar su ordenador.
Y por último «Cheque para una Noche de Juegos», comprométete a una noche en su casa con sus juegos de mesa favoritos (o unos nuevos), palomitas y buena compañía.
Prepara el salón como un cine: palomitas, butacas cómodas y luz tenue. Elige una o dos películas clásicas de su época que adoren y véanlas juntos. Tu presencia es la entrada.
Este año, regala recuerdos imborrables para sorprender a la generación que trabajo duro para hacerse de una profesión, de una casa, de criar a los hijos, de ayudar a sus padres y que le faltó tiempo para consentirse y vivir experiencias añoradas, diferentes y memorables.
