Florida ha experimentado varios huracanes recientemente debido a una combinación
de factores climáticos y geográficos.
La principal razón es el calentamiento de los océanos, las temperaturas más altas del
agua en el Atlántico y el Golfo de México proporcionan más energía para la formación y
el fortalecimiento de huracanes. El aumento de la temperatura de la superficie del mar
proporciona más energía para la formación de huracanes. Los océanos más cálidos no
solo fomentan la formación de más tormentas, sino que también pueden aumentar su
intensidad.
El calentamiento global ha contribuido a que los océanos estén más cálidos de lo
habitual, lo que aumenta la intensidad y la frecuencia de las tormentas.
Ciclos Climáticos Naturales, conocidos como el El Niño y La Niña. El Niño se
caracteriza por el calentamiento de las aguas del océano Pacífico central y oriental.
Durante los años de El Niño, la actividad de huracanes en el Atlántico tiende a
disminuir debido a un aumento en la cizalladura del viento, que puede desintegrar las
tormentas antes de que se fortalezcan.
La Niña en contraste se asocia con el enfriamiento de las aguas del Pacífico. Esto
suele llevar a una mayor actividad de huracanes en el Atlántico, ya que la cizalladura
del viento disminuye. Fenómenos como El Niño y La Niña afectan la actividad de
huracanes.
Otra gran incidencia son los cambios en los patrones atmosféricos, es decir los
cambios en los vientos y la presión atmosférica pueden influir en la formación y
trayectoria de los huracanes. Estos cambios pueden ser impulsados tanto por factores
naturales como por el cambio climático.
A su vez el cambio climático contribuye al aumento del nivel del mar, lo que agrava los
efectos de las marejadas ciclónicas. Las marejadas ciclónicas son olas grandes y
destructivas que acompañan a los huracanes y pueden causar inundaciones severas
en las áreas costeras.
Con el calentamiento global, la atmósfera puede retener más humedad. Esto puede
resultar en huracanes que producen más lluvias, aumentando el riesgo de
inundaciones.
Los cambios en los patrones de viento debido al cambio climático pueden influir en
la trayectoria y la velocidad de los huracanes. Algunos estudios sugieren que los
huracanes pueden moverse más lentamente, lo que significa que pueden causar más
daño en áreas específicas debido a la prolongada exposición a vientos fuertes y lluvias
sostenidas.
La ubicación de Florida la hace particularmente vulnerable a los huracanes. Está
rodeada por el Atlántico y el Golfo de México, lo que la coloca en el camino de muchas
tormentas que se forman en estas áreas.
Florida ha sido impactada por numerosos huracanes a lo largo de su historia, debido a
su ubicación geográfica y su clima tropical, recordemos algunos:
Huracán de Miami de 1926: Este huracán de categoría 4 causó devastación en Miami
y sus alrededores, con daños equivalentes a más de $100,000 millones en dólares
actuales.
Huracán del Día del Trabajo de 1935: Uno de los huracanes más intensos registrados
en los EE. UU., de categoría 5, que arrasó los Cayos de Florida con vientos
extremadamente fuertes y una presión atmosférica muy baja.
Huracán Andrew (1992): Este huracán de categoría 5 causó daños masivos en el sur
de Florida, especialmente en el área de Homestead, con pérdidas económicas
significativas y un gran número de desplazados.
Huracán Irma (2017): Irma fue un huracán de categoría 4 que causó estragos en los
Cayos de Florida y el área metropolitana de Miami, con inundaciones récord en el
noreste del estado.
Huracán Michael (2018): Michael, de categoría 5, impactó la región de Panhandle en
Florida, causando daños catastróficos y siendo uno de los huracanes más fuertes en
golpear el estado.
Huracán Helene (2024): Recientemente, Helene tocó tierra en Florida como un
huracán de categoría 4, causando destrucción significativa en la costa oeste del
estado.
Estos eventos subrayan la vulnerabilidad de Florida a los huracanes y la importancia de
la preparación y la resiliencia ante estos desastres naturales.
Recientemente, el huracán Milton se ha fortalecido rápidamente y se espera que
impacte la costa oeste de Florida, apenas dos semanas después del devastador
huracán Helene.