Lo admito, soy de las que se enganchó con las series coreanas de hombres que proyectan sensibilidad emocional y esfuerzo por conquistar. Ahora, ¿qué es lo que realmente sucede mientras las veo, y por qué me desvelo por ellas?
Todo empezó con “Love Alarm”. Esta serie me transportó a mis amores del colegio, cartas escritas a puño y letra que recibía en los recreos, pulseritas tejidas, roces de manos en el cine, y una flor seca en algún libro de poesía.
Quien haya visto alguna de estas series románticas, convertidas ya en un fenómeno global, sabrá que los personajes masculinos suelen ser atentos, caballerosos, sensibles y hasta poéticos. El tipo de hombre que espera bajo la lluvia con un paraguas, que te prepara comida cuando estás enferma o que pelea contra sus propios traumas con tal de amarte bien.
Y aunque sabemos que todo eso es ficción, la realidad es que los k-dramas han influido profundamente en la forma en que las mujeres percibimos el romance y, en consecuencia, en cómo comparamos a los hombres de nuestro entorno.
Además, la cultura coreana ha sabido exportar no solo música, cine y moda, sino también valores como el esfuerzo, la disciplina y una masculinidad que no teme mostrar emociones. Todo esto ha generado una nueva expectativa en quienes buscamos relaciones afectivas más profundas o distintas.
Aunque no podemos dejar a un lado la apariencia física o sus formas de vestir. De hecho, se piensa que Corea es un pionero en la cultura de la imagen y la belleza varonil, en donde se ha originado un fenómeno de masculinidad híbrida o versátil. Suave, pero varonil al mismo tiempo, lo cual es diferente de la feminización.
“La forma en que las estrellas del mundo del entretenimiento juegan con la masculinidad abre las posibilidades para los hombres en la calle y, finalmente, lo hace más aceptable».
Expertos en cultura pop y relaciones coinciden en que este fenómeno es un reflejo de cómo los medios moldean nuestras expectativas. No lo dudo. Los doramas presentan hombres que aprenden de sus errores, que luchan por sus parejas y que se comprometen emocionalmente.
¿La vida real puede parecerse a eso? Tal vez sí, pero no siempre con el pasaporte de Corea.
Aunque para algunas esto puede parecer solo una moda, lo cierto es que ha provocado una conversación más profunda: ¿Qué estamos buscando las mujeres hoy en nuestras relaciones?
Tal vez no se trate de querer un coreano literalmente, sino de querer una relación donde nos sintamos vistas, cuidadas y valoradas.