¿Alguna vez probaste un postre tan impactante que lo primero que dijiste fue: “¡Holy…!”? Bueno, eso me pasó cuando visité Holyshakes en Hallandale Beach.
Como buena foodie, estoy siempre en la búsqueda de sabores únicos y experiencias que despierten todos los sentidos, y esta heladería superó todas mis expectativas.
Detrás de esta explosión de sabor están Brian y Natali, dos hermanos argentinos que decidieron dejar Buenos Aires y cruzar fronteras para hacer realidad un sueño: concebir un lugar donde la creatividad, la buena onda y el sabor se encontraran en cada milkshake. Aunque no fundaron la marca, la adoptaron como propia y le han puesto corazón, estilo y muchísima innovación.
Apenas entrás a Holyshakes, el ambiente te atrapa: luces de neón, vibes instagrameables por donde mires y un menú que parece sacado de un parque temático de postres.
Yo me lancé directo por el famoso Nutella Crunch Holy… fue amor al primer sorbo: una bomba cremosa de Nutella, con un brownie de Nutella que te deja con ganas de repetir. También me animé a probar sus smoothies, y no saben lo deli que estaban. Para los que les gusta cuidarse, esta es una opción ideal; además, le puedes poner proteína, así que es perfecto como post workout.
Lo más lindo de esta experiencia fue ver cómo cada detalle está pensado. Desde el emplatado de los postres hasta la atención al cliente, Nati y Brian se acercaron a preguntar cómo estaba todo. Se nota el amor con el que hacen las cosas, y eso, en un mundo donde todo es tan automático, marca la diferencia.
El concepto de Holyshakes es claro: hacer que cada visita sea inolvidable. Brian y Natali no solo venden postres, venden felicidad servida en vasos XL. Están tan comprometidos con la comunidad de Hallandale que quieren llevar su propuesta más allá del local: eventos, catering y una futura expansión están en camino.
¿Y si te preguntas por qué se llama Holyshakes? La respuesta es simple: pruebas uno… y exclamas “¡Holyshakes!”. Es esa mezcla de sorpresa y delirio dulce que solo se logra cuando todo está hecho con pasión.
Sin duda, Holyshakes no es solo una parada foodie, es una experiencia multisensorial. Si estás en el sur de Florida, no puedes dejar de pasar. Y si eres como yo, te vas a sacar mínimo 10 fotos antes de meterle la primera cucharada al shake.