El pasado domingo, Rafael Nadal sumó un nuevo capítulo de oro a su exitosa carrera en el tenis. Aun con los problemas físicos que lo aquejan desde hace un tiempo, el español conquistó su 14° Roland Garros (92 títulos en el circuito ATP) y ya acumula 22 Grand Slam (el segundo en la temporada). De este modo, tomó más distancia de Novak Djokovic y Roger Federer (ambos con 20), los otros dos colosos de la actividad tenística profesional en la última década.
Su víctima fue Casper Ruud a quien vapuleó en sets corridos. Con 36 años y dos días, y con padecimientos físicos que lo hicieron extremarse a fondo, el jugador de Manacor, quinto en el ranking mundial ATP, superó fácilmente al noruego (8), con parciales de 6-3, 6-3 y 6-0, luego de dos horas y 18 minutos de partido.
“No sé que pasará en el futuro, pero continuaré luchando para seguir el mayor tiempo posible”, dijo el español apenas se coronó en su torneo preferido y tras jugar con el pie anestesiado. “En las condiciones actuales, no puedo y no quiero seguir jugando hasta encontrar una solución”, admitió Nadal, quien adelantó que se va a someter a un nuevo tratamiento para intentar solucionar su problema.
Esta incertidumbre sobre su futuro debido a los problemas en el pie izquierdo sumó una preocupación extra en las últimas horas por un video en el que se lo ve al español en muletas y sin poder pisar. Igualmente, esto no le impidió aceptar el pedido de sus fans y firmar autógrafos. Sin embargo, las dudas van aumentando sobre si podrá decir presente en Wimbledon, a celebrarse entre el lunes 27 de junio y el domingo 10 de julio.
El padecimiento físico de Rafa Nadal.
Nadal sufre el síndrome de Müller-Weiss, que “es un alteración en el desarrollo de su hueso que se produce en la infancia, pero aparece o da la cara en la edad adulta”, explicó el doctor Antoni Dalmau, jefe de la unidad de pie y tobillo del Hospital Asepeyo San Cugat barcelonés, a la radio Cadena Ser. “El gran problema es que cuando la diagnosticas, ya está (la enfermedad) establecida”, añadió Dalmau, quien explicó que en las primeras fases, la dolencia se puede combatir con tratamientos conservadores, que en los siguientes estadios ya no servirían.
La enfermedad acaba generando una artrosis, lo que “no tiene cura y lo que vas a buscar es quitar el dolor”, dijo Dalmau. Nadal se tratará con “inyecciones con radiofrecuencia pulsátil” que le podrían “ayudar a disminuir la sensación en el pie”, explicó el domingo, con el objetivo de “quitar esa sensación de dolor tan permanente”.
El tenista español pareció hacer depender del éxito del tratamiento su presencia en el torneo de Wimbledon, tras ganar en Australia y en Roland Garros, algo que nunca había logrado en un mismo año. Nadal tampoco ha conseguido hacer un Grand Slam, ganar los cuatro grandes en un solo año, y su comienzo de temporada, le da una pequeña posibilidad de cumplir uno de los pocos retos que le quedan.
“Estaré allá si mi cuerpo me lo permite. Wimbledon es una prioridad, los Grand Slam son una prioridad. Jugarlo con antiinflamatorios sí, con inyecciones de anestesia no”, aseguró Nadal el domingo, quien no parece por ahora pensar en colgar la raqueta. “Rafa lleva conviviendo con el dolor desde 2005, pero siempre sigue. Si queda una brizna de esperanza lo sigue intentando. Esa es su grandeza deportiva”, aseguró el tío y exentrenador del tenista, Toni Nadal, a la Cadena Ser el domingo.