El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció que cerca de 10.000 soldados han rodeado el municipio de Soyapango – parte del área metropolitana de la capital, San Salvador – como parte de una represión masiva contra las pandillas.
Las tropas mantienen bloqueadas las vías de acceso a la población mientras que las fuerzas especiales buscan a miembros de bandas criminales dentro de las casas.
Los oficiales también han estado deteniendo a todos los que intentan salir de la ciudad y revisando sus documentos de identidad.
La operación es parte de una represión masiva en contra de las pandillas después de un aumento de la violencia a principios de este año.
Soyapango es una de las municipalidades más grandes del área metropolitana de la capital de El Salvador y alberga a más de 290.000 personas. Durante años ha sido reconocida como un centro de actividad de pandillas.
«A partir de este momento el municipio de Soyapango está totalmente cercado», escribió el presidente Bukele en Twitter. «Los equipos de extracción de la policía y el ejército tienen la tarea de sacar a todos los pandilleros que aún están allí, uno por uno».
Agregó que la gente común «no tiene nada que temer» y dijo que la represión era parte de «una operación contra los delincuentes, no contra los ciudadanos honestos».
Las imágenes publicadas por el gobierno mostraban a uniformados fuertemente armados, vestidos con chalecos antibalas y portando rifles de asalto fuera de la ciudad.
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Una residente de la localidad, Guadalupe Pérez, le dijo a la agencia de noticias AFP que la redada había sido una grata sorpresa.
«Te registran y te piden tus documentos de identidad para verificar dónde vives, pero está bien, todo es por nuestra seguridad», dijo otro hombre de 53 años.
Desde que Bukele anunció el estado de emergencia a finales de marzo, más de 58.000 personas han sido encarceladas por las autoridades en el país de 6 millones 500 mil habitantes.
Los grupos de derechos humanos han criticado la naturaleza de mano dura de la represión, diciendo que las medidas, que permiten a la policía arrestar a los sospechosos sin órdenes judiciales, han llevado a detenciones arbitrarias.
Pero los aliados de Bukele dicen que la represión es necesaria después de que una ola de homicidios culminó con 62 asesinatos en un solo día el 26 de marzo.
Una encuesta reciente realizada por la Universidad Centroamericana (UCA) encontró que el 75,9% de los salvadoreños aprueba el estado de emergencia.