El histórico autorizo de la OFAC se produjo por primera vez desde 1960, aunque no se ha revelado el nombre del negocio
La administración de Joe Biden marcó un hito en la historia de las relaciones entre EEUU con Cuba, pues el pasado 10 de mayo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) emitió una licencia para que una empresa estadounidense pueda invertir capital en un negocio privado registrado y radicado en Cuba.
Un suceso similar no acontecía desde 1960, cuando comenzaron las presiones comerciales sobre el régimen de Fidel Castro, que llegó al poder para instaurar una dictadura comunista.
Hasta el momento se desconoce el nombre de las empresas involucradas en la licencia de negocio otorgada, pero se presume que la cubana podría ser una Micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que el gobierno comenzó a autorizar en el sector privado.
Según el portal web Cuba Trade, “ninguna entidad en la transacción está conectada con la otra en términos de relaciones familiares”, por lo cual de parte de los estadounidenses que quieren poner dinero en la empresa cubana existe un interés genuino al ver potencialidad en el negocio.
El referido sitio web señala que la OFAC demoró casi un año en otorgar la licencia solicitada por un cliente del abogado Robert L. Muse, cuya oficina se encuentra en Washington D.C. La OFAC, una entidad adjunta al Departamento del Tesoro, recibió la carpeta petitoria el 10 de junio de 2021 y ahora emite un veredicto favorable fechado el 10 de mayo de 2022.
La falta de información sobre las empresas involucradas hace temer a algunos críticos sobre la autenticidad del origen privado de la Mipymes cubana. En redes sociales muchos se preguntan sí el gobierno castrista no estaría detrás de ese negocio para que el dinero estadounidense fluya directamente hacia sus finanzas.
Independientemente de ese temor, lo cierto es que cualquier inversión que se haga en Cuba así sea directamente en empresarios privados, el régimen dictatorial controla todas las esferas de poder en la Isla, por lo cual le resultaría muy fácil intervenir. Las acciones del Estado podrían ir desde prohibir el negocio del ciudadano cubano esgrimiendo que se está haciendo “demasiado rico” para los estándares del socialismo o bien podría participar del negocio y captar divisas directamente por medio de la venta de materias primas u otro método.