Con el inicio de un nuevo año, nos planteamos propósitos y soñamos con cambios; sin embargo, muchos los dejamos sólo en una idea. Una propuesta para proyectarnos y tener más éxito en la consecución de nuestros propósitos es abordarlos desde la
consciencia y “desmenuzaditos”:
*Definir los dominios importantes que quieres trabajar: Salud (mental, emocional, física), familia (pareja, hijos, padres, etc.), social (amigos, comunidades, etc.), profesional (académico), finanzas/material.
*Reconocer hoy de 1 a 5 cómo te sientes en ese dominio.
*Precisar dentro de cada dominio, qué quieres y cómo lo quieres para sentirte bien/mejor. Puedes hacerte preguntas como:
*¿Qué quiero mantener y fortalecer?
*¿Qué quiero cambiar?
*¿Cómo quiero que sea mi relación con mi cuerpo/familia/amigos/profesión/dinero?
*Responderte sinceramente ¿Para qué quieres lograr ese propósito? ¿Para tu desarrollo como persona o por capricho, para llenar vacíos en tu vida? Indagar a consciencia y replantearte el propósito si es necesario.
Por ejemplo, un propósito recurrente y con una alta tasa de fracaso es: “bajar de peso.” Cuando te respondes sinceramente para qué lo quieres, puedes encontrar asuntos más profundos: “para verme/ sentirme atractiv@”, “para conseguir una pareja”, etc. Revelando que en el fondo hay otro deseo (ejemplo: ser vist@, sentirte amad@) y es necesario replantear el propósito (ejemplo: fortalecer el autoestima, trabajar la aceptación corporal, soltar una creencia limitante acerca del valor de la persona y la forma del cuerpo, etc.)
*Determinar y priorizar las acciones para cumplir tus propósitos, teniendo en cuenta los recursos (energía, tiempo, dinero, relaciones, etc.) que tienes hoy, los que necesitas y los que estás dispuesto a invertir.
Vivir bien es un arte. Soñar es fundamental para ello, y más aún, cumplir esos sueños.
